jueves, 2 de abril de 2009

El arte de escuchar


Cuando una persona se siente escuchada, se siente atendida, y eso genera un profundo proceso que le anima a una mayor apertura. Al dar valor, importancia y consideración a las revelaciones de la persona que nos habla, creamos un clima de cooperación y receptividad en nuestro interlocutor. Las personas tenemos en nuestro interior, vastos recursos de auto comprensión, y también recursos para posibilitar el cambio de conceptos propios, de conductas y actitudes. Si se logra crear un determinado clima, una conversación puede suponer una eficaz herramienta de transformación, una sencilla pero eficaz manera de tomar conciencia de lo mejor de uno mismo.


La verdadera escucha significa, entre otras cosas, estar presente para el otro, sin juicios ni evaluaciones, facilitando las palabras que le permitan una mejor autoexploración. La persona que sabe escuchar aprende a practicar la autodisciplina, a evitar o reducir los malentendidos y a encontrar el momento oportuno para hacer una pregunta o una afirmación. La escucha empática incluye mucho más que registrar, reflejar o incluso comprender las palabras pronunciadas. Implica escuchar con el corazón, desde ese espacio interior en el que somos capaces de percibir, intuir y sentir, desde ese lugar en el que es posible el encuentro porque respiramos juntos, el aire sanador del reconocimiento, la apreciación, la aceptación y la comprensión".


"Si prestas atenciòn, sentiràs nuestros Corazones latiendo juntos"

1 comentario:

  1. Querido amigo, que placer el leer tan bellos escritos, el arte de escuchar es verdaderamente una forma de ver el sonido del cosmos latiendo dentro nuestro corazon
    Besos
    Janeth

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